Investigadores incorporan microalgas marinas a panes y galletas

21 de enero de 2020

Investigadores de Biotecnología de microalgas marinas de la Universidad de Almería, en colaboración con la Universidad de Lleida y del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) han incorporado por primera vez dos tipos de microalgas como ingredientes en pan y galletas saladas.

En un comunicado, la Fundación Andaluza para la Divulgación de la Innovación y el Conocimiento ha informado de que se trata de las microalgas Tetraselmis y Nannochloropsis, ésta última una cepa autóctona de Andalucía (Bahía de Cádiz), que ya puede comercializarse como producto alimenticio.

Ha señalado que, en Europa, las tres únicas algas que hasta ahora se podían emplear para el consumo humano eran Clorela, Tetraselmis y Spirulina.

Las mismas fuentes han explicado que los resultados de este estudio han demostrado que “la biomasa de estas dos algas es compatible con el resto de ingredientes utilizados en la elaboración de panes y galletas, y su textura y el sabor fueron altamente valorados por consumidores potenciales”.

Según el investigador de la Universidad de Almería y uno de los autores de este trabajo, Francisco Gabriel Acién, “las microalgas son un colorante natural y un alimento nutricional que se encuentra en el ‘top ten’ de muchos productos”.

Para Gabriel, la idea es “sustituir un porcentaje de harina por estos ingredientes marinos con el fin de hacerlos más competitivos en el mercado” y ofrecer al mismo tiempo “un beneficio extra para la salud como reducir el colesterol”.

Dicho estudio ha evaluado también el contenido fenólico in vitro de estos alimentos con microalgas para ver si éstas influyen en la calidad, aceptabilidad y estabilidad de los panes y galletas, ya que actúan como colorantes, antioxidantes y proporcionan sabor.

En este sentido, el investigador del IRTA Tomás Lafarga ha asegurado que su “capacidad antioxidante mejoró notablemente después de la incorporación de estas dos nuevas especies de algas”.

También aumentó la cantidad de sustancias bioaccesibles, es decir, lo que pasa a la sangre, y la capacidad antioxidante”.

Para comprobar que la sustitución de harina por microalgas tenían aceptación, se realizaron catas a ciegas en adultos de entre 25 y 40 años, que probaron los panes y galletas con diferentes porcentajes en su composición.

Este trabajo de investigación ha contado con financiación del proyecto europeo ‘Sabana’, liderado por la Universidad de Almería, con fondos del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y también de la Fundación Cajamar.