La cuota de pesca del atún rojo del Atlántico oriental y del Mediterráneo subirá un 12,6 % y se decidirá a partir de los próximos años con un nuevo sistema con base científica y al margen de tensiones políticas.
La subida del cupo del atún rojo ha sido una de las principales conclusiones de la asamblea de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT, en sus siglas en inglés) que ha concluido esta semana en Vale do Lobo (sur de Portugal).
Los 52 socios de ICCAT han aprobado además otras decisiones que afectan a especies de interés para España como el pez espada (aguja), los atunes tropicales o los tiburones.
Entre los miembros ICCAT figuran la Unión Europea (UE), Estados Unidos, Brasil, Marruecos o Japón.
Atún rojo
Los países de ICCAT han acordado un Total Admisible de Capturas (TAC) de atún rojo del Atlántico oriental y del Mediterráneo de 40.570 toneladas para el período 2023-2025, lo que supone un 12,6 % más respecto al cupo actual, situado en 36.000 toneladas, según las conclusiones difundidas por la organización.
España, país europeo que más atún rojo extrae, tiene ahora una cuota de 6.100 toneladas que incrementará proporcionalmente a esa subida.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha precisado, en un comunicado, que la flota pesquera española dispondrá de una cuota de 6.784 toneladas y que el incremento para España es del 10 %.
El atún rojo está en buen estado, pero el incremento es inferior al que solicitaba la flota; la patronal de armadores españoles Cepesca reclamó una subida del 39 %.
No obstante, ICCAT ha celebrado, en su comunicado final, la “adopción de un innovador procedimiento de ordenación para el atún rojo -la primera estrategia de captura adoptada en la historia de la organización regional de pesca para esta especie-“.
La organización ambientalista WWF ha valorado dicho procedimiento, denominado “estrategia de captura”, porque, según ha detallado en un comunicado, permitirá en el futuro decidir sus cuotas según la situación de las poblaciones, “despolitizando” las decisiones de gestión a corto plazo, lo que permitirá mantener la estabilidad de los caladeros y de los mercados: “Esto minimiza el riesgo de agotamiento de las reservas de atún en el futuro”.
Pez espada y otros atunes
Para el pez espada del Atlántico norte, ICCAT ha acordado una prórroga de las cuotas, en los mismos niveles de 2022 (TAC de 13.200 toneladas) mientras que para el caladero del sur se situará en 10.000 toneladas para 2023-2026.
La ICCAT también ha adoptado un plan de recuperación para el atún claro del Mediterráneo, que durará 15 años hasta 2036 y un TAC de 2.500 toneladas; en el Atlántico sur se situará en 28.000 toneladas para el periodo 2023-2026.
Sin embargo, no ha habido avances en los programas de conservación de los atunes tropicales y se han prorrogado las cuotas y las vedas a los dispositivos de concentración de peces (FAD, en sus siglas en inglés).
Tiburones
Las naciones de ICCAT han acordado medidas para el marrajo del Atlántico sur a partir de 2023, con el fin de frenar la sobrepesca y alcanzar niveles de biomasa suficientes para que la explotación consiga hacerse a niveles biológicos seguros.
WWF ha valorado el plan de gestión aprobado para el marrajo, porque prohibirá la retención de animales vivos en los próximos dos años, hasta 2024.
“Las medidas pretenden reducir la mortalidad en un 53 %, pero corren el riesgo de verse perjudicadas por el retraso de 24 meses en la obligación de tener un observador o un sistema electrónico de seguimiento a bordo”, han puntualizado los ecologistas, quienes han pedido a los países que apliquen las “mejores prácticas” para mitigar las capturas accidentales de escualos.
WWF también ha celebrado la adopción de medidas para reducir las capturas accidentales de tortugas marinas amenazadas en el Atlántico.