Mexillón de Galicia demostró su capacidad de suministro alimentario en la pandemia

11 de julio de 2020

Autor: D.O.P Mexillón de Galicia

La pandemia originada por la irrupción de la COVID-19 ha trasformado nuestras vidas. Los tres meses transcurridos desde la declaración del estado de alarma hasta las primeras medidas encaminadas a recobrar la normalidad han puesto a prueba nuestra capacidad como sociedad para enfrentarnos a un reto de la máxima exigencia del que nadie ha quedado al margen.

El obligado confinamiento para tratar de frenar la expansión del virus no ha impedido sin embargo un altísimo coste en vidas, el lado sin duda más dramático de una crisis que trae también aparejadas unas consecuencias económicas de enorme calado. Un escenario inimaginable para la mayoría que contrastaba con los testimonios de voces autorizadas que desde hace tiempo alertaban sobre su verosimilitud. Y que finalmente la realidad ha refrendado.

En situaciones semejantes es cuando afloran las fortalezas y debilidades de personas, entidades o colectivos. Episodios vitales que ayudan a percibir con claridad las diferencias entre lo necesario y lo accesorio.

Comer, alimentarnos, en suma, integra el apartado de cosas absolutamente irreemplazables que, en circunstancias normales, cumplimentamos sin apenas reparar en aspectos que tienen que ver con el producto que adquirimos, de dónde procede, cómo llega hasta nosotros,etc. Por eso una de las lecciones que ha quedado grabada en el imaginario colectivo durante los momentos más sombríos de esta crisis es la relevancia fundamental que adquiere la cadena de suministro alimentaria.

 

D.O.P. Mexillón de Galicia

 

Proveer de víveres a los mercados constituyó una tarea que fue considerada esencial por el Gobierno. Y fue ahí donde la D.O.P. Mexillón de Galicia demostró su enorme fortaleza y transcendencia, al igual que el resto de operadores en origen. Las circunstancias excepcionales que han condicionado nuestro día a día han reforzado la imagen de Mexillón de Galicia como actor fundamental para mantener de forma ininterrumpida el suministro a lo largo de la cadena de abastecimiento, contribuyendo de forma decisiva a garantizar la soberanía alimentaria.

Mientras la mayoría de la población cumplía con un obligado confinamiento, el sector del mejillón permaneció activo, tanto en los puertos, adonde llegaban las descargas para satisfacer la demanda de los mercados, como en el resto de los eslabones de la cadena integrada por depuradores, cocederos o conserveras, que mantuvieron igualmente el pulso productivo, aunque adaptado a las circunstancias.

Del mismo modo, los productores continuaron con una tarea esencial: La de proveerse de mejilla, la cría del mejillón, para preparar la siguiente cosecha. Este año, esa labor fundamental que se realiza en las rocas del litoral coincidió con la pandemia, de ahí que, en colaboración con la Administración, se habilitasen los pertinentes permisos para favorecer la movilidad de los productores a lo largo de la costa para la extracción de la semilla.

Por tanto, una de las conclusiones que nos deja esta crisis es la relevancia que adquiere disponer de un sector primario autóctono robusto que, a su vez, fortalece a los distintos operadores que integran la cadena de suministro, fomenta y refuerza su independencia en relación a terceros países y además, garantiza las necesidades de los consumidores.

En ese contexto, hablar de “origen” es hacerlo en un sentido claramente positivo al otorgarle un marchamo de garantía, de certeza ante los consumidores de que van a tener sus necesidades alimenticias plenamente satisfechas. Mexillón de Galicia cumplió con ese cometido durante todos estos meses y lo seguirá haciendo como viene ocurriendo a lo largo de su historia.

 

Medidas de precaución

 

Ante la expansión del coronavirus, el Consejo Regulador de la D.O.P. adoptó diversas medidas encaminada a garantizar la seguridad de sus trabajadores, el constante suministro de producto y su total salubridad. Este plan fue implementado días antes de la declaración del estado de alarma por el Gobierno y comunicado a todo el personal laboral de la DOP, tanto el que desarrolla su actividad en la sede de Vilagarcía de Arousa, personal de control en los puertos, así como operadores registrados y personas y entidades vinculadas.