Implicaciones del sistema de etiquetado frontal Nutri-Score en las conservas de pescados y mariscos

30 de junio de 2021

ANFACO-CECOPESCA

La puntuación Nutri-Score utiliza un algoritmo basado en la declaración nutricional de los productos establecida en el reglamento (UE) Nº 1169/2011 de información alimentaria para el consumidor. Nutri-Score es un sistema de etiquetado nutricional en la cara principal (frontal) del envase/embalaje, que convierte el valor nutricional de los alimentos y bebidas en un simple puntaje. Se basa en una escala de 5 colores y letras (A es verde para representar la “mejor” calidad nutricional, mientras que E es rojo para mostrar que es el más bajo).

El algoritmo utilizado para el cálculo de la puntuación Nutri-Score se basa en la atribución de puntos según la composición nutricional del producto calculada sobre 100 g ó 100 ml del alimento. La puntación global depende del valor asignado a los componentes desfavorables “N” (valor energético, azúcares, ácidos grasos saturados y sodio) puntuados cada uno en una escala de 0 a 10 puntos y los componentes favorables “P” (proteínas, fibra alimentaria y porcentaje de frutas, verduras, leguminosas, frutos de cáscara y aceites de oliva, colza y nuez), puntuados cada uno en una escala de 0 a 5 puntos. La letra/color asignado a cada producto, depende del valor numérico de N-P. La calificación para las conservas de pescados y mariscos más vendidas supone asignar la letra “C” o “D”, asociada al color naranja intenso, lo cual evidentemente arroja una imagen desvalorizante de su calidad nutricional.

 

Conservas de pescado y marisco

 

Las conservas de pescado y marisco son productos listos para el consumo, disponibles todo el año y que se integran fácilmente en una dieta variada y equilibrada. Su amplísima variedad facilita su integración en un amplio repertorio de recetas, desde las más sencillas a las más elaboradas.

Existen nutrientes relacionados con la valoración global de un alimento y recogidos en normativas vigentes, como el Reglamento (CE) Nº 1924/2006, orientado a resaltar la presencia de nutrientes y propiedades saludables, o el Reglamento (UE) Nº432/2012 que autoriza el uso, bajo ciertas condiciones, de declaraciones relacionadas con la presencia de nutrientes como proteínas, ácidos grasos Omega-3 (EPA y DHA), vitaminas (B3-niacina, B12-cobalamina) o minerales (selenio, fósforo, iodo y zinc) en cantidades suficientes para su efecto sobre el mantenimiento de la salud.

Estudiando publicaciones científicas aplicadas a la valoración de la calidad nutricional global de un alimento y de las dietas en la que se integra, se encuentra que existen metodologías basadas que consideran un número muy superior de parámetros nutricionales. Las necesidades diarias de los distintos componentes nutricionales de tipo estructural, energético y regulador, permiten caracterizar adecuadamente un alimento.

La valoración final que Nutri-Score otorga para las conservas de pescados y mariscos, en muchos casos depende de 5, a lo sumo 6 parámetros. La excesiva simplificación de Nutri-Score, plantea calificaciones muy discutibles y que bajo nuestro punto de vista obligan a un ajuste del modelo, comparándolo con los resultados obtenidos por otras escalas multiparamétricas.

Consideramos pertinente tomar como referencia el tratamiento específico avalado por el reciente informe del Comité Científico de AESAN de 2021 sobre la valoración del aceite de oliva en el sistema de etiquetado Nutri-Score, como fundamento de la necesidad de que recoja los aspectos positivos de alimentos que poseen una calidad nutricional específica dentro de la dieta mediterránea, considerando además las particularidades que tienen las recomendaciones nutricionales dirigidas a la población española.

En línea con dicho informe, creemos pertinente poner de manifiesto el importante papel de la conserva de pescado y marisco a la hora de atender determinadas necesidades nutricionales. El Libro Blanco de los Omega-3 destaca la importante contribución de las conservas de pescado y marisco a las cantidades recomendadas de Omega-3, suponiendo un 50 % de la contribución del pescado en su conjunto.

Los autores señalan, además, que la ingesta de Omega-3 se encuentra, según ciertos indicadores, por debajo de lo que en la actualidad se recomienda. Por tanto, como decíamos, trasladar una calificación “D” para una conserva de sardinas en aceite de oliva ó atún, puede ser contraproducente para la dieta y salud de los españoles en cuanto pueda desincentivar el consumo de un producto de utilidad acreditada para atender las necesidades de Omega-3.

En consecuencia, creemos procede una reconsideración de la puntuación otorgada por el etiquetado Nutri-Score a las conservas de pescados y mariscos y que también debiera tenerse una razonable conexión con el Reglamento de Declaraciones Nutricionales (Reg. (CE) Nº 1924/2006) y de propiedades saludables (Reg. (UE) Nº 432/2012), tanto en cuánto un producto como la conserva, puede ostentar numerosas declaraciones, o considerarse dentro de los puntos positivos “P” el significativo contenido de Omega-3.

Esta revisión también debiera tener en consideración el cálculo Nutri-Score sobre el producto “tal como se vende” o según “tal y como se consume” pues comporta una sensible modificación de la puntuación final en función de que consideremos la contribución del líquido de cobertura.

Existen incertidumbres de interpretación que deben ser ponderadas adecuadamente antes de promulgar dietas preferentes de productos tipo “A” o “B” bajo el esquema Nutri-Score. La estigmatización que, en particular, sufren los alimentos densos o ricos en nutrientes esenciales, como es el caso de las conservas de pescado y de marisco, presenta un claro riesgo de promover dietas hipocalóricas o desequilibradas, lo cual contradice los principios de una alimentación saludable.

Resulta imprescindible promover campañas que eviten desviaciones respecto las pautas básicas de una alimentación variada y equilibrada, ejemplificadas de una manera comprensiva por las denominadas ” pirámides nutricionales”. Debe recordarse que las necesidades alimenticias son enormemente variables en función de: edad, sexo, estilo de vida, estado de salud, etc. por lo que debería hacerse una modificación de Nutri-Score y dar pautas de su interpretación a la sociedad, remarcando la importancia de contar con profesionales en nutrición cuando, en función del impacto de los mensajes de Nutri-Score, se planteen disrupciones en la dieta.

En definitiva, desde ANFACO-CECOPESCA defendemos el rigor científico como base para la evaluación del algoritmo Nutri-Score que califique adecuadamente a los productos pesqueros y acuícolas.