Crónica de una muerte anunciada: Análisis del colapso del Instituto Español de Oceanografía (IEO)

11 de julio de 2020

 Autores: Juan Bellas, Begoña Santos, Pedro Vélez y Marina Albentosa

Científicos del IEO y miembros del Grupo de Trabajo para el análisis de la crisis del IEO.

 

En 2014 los trabajadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO) empezaron a denunciar la delicada situación que estaba sufriendo el organismo, un instituto público de investigación marina con más de 100 años de historia. Estas denuncias cristalizaron hace dos años en el Manifiesto en Defensa del IEO firmado por el 50 % de su personal, que fue enviado al Ministro de Economía, Luis de Guindos, a la entonces Secretaría de Estado de Investigación, Carmen Vela, y al Director del IEO, Eduardo Balguerías.

Tras el cambio de gobierno, los firmantes del manifiesto y trabajadores de otros Organismos Públicos de Investigación (OPI) remitieron una carta al Ministro de Ciencia, Pedro Duque, indicando las dificultades en la gestión de la I+D. Posteriormente, varios científicos del IEO denunciaron la situación ante el Presidente del IEO, Rafael Rodrigo. Desde entonces, la crisis del IEO no ha hecho más que agudizarse incluyendo la dimisión de su cúpula directiva hace unas semanas.

El pasado 8 de junio, coincidiendo con el “Día Mundial de los Océanos”, se entregó al Presidente del IEO el informe encargado a finales de febrero a un grupo de trabajo para analizar la situación del IEO.

 

Punto de vista financiero

 

Este informe subraya que son varias las causas de la situación crítica a la que ha llegado el organismo. Desde el punto de vista financiero, el de mayor peso, la situación del IEO es un claro ejemplo de que el sistema de gestión presupuestario que se aplica a los OPI dificulta el desarrollo de la investigación, que necesita de una gestión plurianual por proyectos, imposible de adaptar a la rigidez del principio de anualidad de la gestión presupuestaria.

Estas dificultades, unidas a una mala gestión administrativa y presupuestaria en los últimos años, han dado lugar a que, por ejemplo, el IEO acumule casi 90 millones de euros como Remanentes de Tesorería, cuya incorporación al presupuesto de cada año es prácticamente imposible. Esto es más grave si cabe, si se tiene en cuenta que las fuentes de financiación externa han representado, en 2019, casi el 50 % del presupuesto total del IEO, excediendo sustancialmente el nivel de ingresos previstos. Por otro lado, se encuentra la baja ejecución presupuestaria, que tiene su origen en una débil y mal gestionada estructura administrativa que se lleva arrastrando durante varios años y ha impedido cumplir los compromisos adquiridos en proyectos o contratos.

 

Plano institucional

 

La crisis financiera actual se ha ido gestando durante muchos años sin que ninguna de sus estructuras de gobernanza del IEO, Consejo Rector, Comité de Dirección y Directores de los Centros, haya sido capaz de evitarla demostrando carencias importantes también en el plano institucional. Un denominador común de todos los órganos implicados en el gobierno del IEO es la ausencia o deficiencia en el funcionamiento de su Comité Asesor y la ausencia de un Claustro Científico. La consecuencia de ello es que la toma de decisiones se ha realizado sin la reflexión y el debate que se genera en estos foros asesores.

Se puede añadir que también ha sido clave en este proceso la reducción de rango del IEO a Subdirección General en 2010, que supuso una pérdida de poder de negociación con otros departamentos de la administración.

 

Estructura organizativa y de funcionamiento

 

El IEO carece de una adecuada estructura organizativa y de funcionamiento. Las estructuras de los OPI responden a las de los departamentos ministeriales de donde proceden y se muestran obsoletas, envejecidas e inadaptadas a las requeridas para apoyar el desarrollo de la ciencia actual. Es necesario construir una nueva arquitectura organizativa para el IEO acorde a las necesidades actuales y a las estrategias de futuro cuanto antes.

En estos momentos el IEO presenta una carencia de normas regulatorias de funcionamiento, donde se detallen los elementos estructurales, sus funciones y sus responsabilidades, así como una escasa implicación del personal del IEO en su gobernanza. La estructura científico-técnica está basada en una única Subdirección General que resulta insuficiente para atender a la creciente demanda de servicios y a la necesidad de desarrollo investigador que garantice la competitividad del organismo. La coordinación de su actividad se basa en una serie de puestos de trabajo estructurales nada apetecibles para las escalas científicas, y que, sin embargo, pueden ser interesantes para el desarrollo de una carrera de gestión. El mantenimiento de este modelo conllevaría la desaparición de los científicos, principales motores de la investigación, en la gestión de la política científico-técnica del IEO.

 

Plan Estratégico (PE)

 

La gobernanza de cualquier organización parte de la elaboración de su Plan Estratégico (PE), donde se han de fijar los objetivos y actuaciones, y cuya ejecución debe ser evaluada externamente conforme avanza su desarrollo. La falta de concreción de las medidas contempladas en el actual PE del IEO, la incapacidad del Comité de Dirección y Directores de Centro en su implantación, junto con la ligereza del Consejo Rector en su seguimiento, son también responsables del fracaso del mismo y, en consecuencia, del descalabro actual del IEO.

 

Amenaza a los OPI

 

La crisis del IEO constituye la primera implosión de un sistema ineficaz que amenaza a todos los OPI. Durante los últimos días se ha especulado sobre la integración del IEO en la estructura del CSIC como posible solución a este problema. Aunque se trata de una mera especulación, esto ha generado opiniones encontradas dentro del IEO, con personal de varios centros oceanográficos posicionándose a favor o en contra. La realidad es que, en estos momentos, no hay información suficiente para valorar esta u otras opciones. Pero lo que está claro es que el Ministerio de Ciencia debe diseñar, cuanto antes, un nuevo modelo organizativo y de gestión para los OPI que evite la desaparición de los mismos y un plan para su implementación. Si esto no sucede, en el caso del IEO, implicaría la desaparición de un organismo que, durante más de 100 años, ha aunado con éxito la investigación con el asesoramiento a la administración en temas marinos, reuniendo un patrimonio científico de especial relevancia ahora que se intenta materializar el potencial de la economía sostenible del océano, la economía azul.