Los pescadores del Golfo de Cádiz ha iniciado la temporada de la sardina “contentos a medias” ya que se parte de una cuota que, a priori, puede suponer el doble que la del año pasado pero que aún está lejos de la necesaria para sacar la mayor rentabilidad a esta pesquería.
Así lo indicó, el presidente de la Federación Andaluza de Cofradías de Pescadores (Facope), Manuel Fernández, quien precisó que la campaña comienza con “un caladero en unas condiciones inmejorables gracias a la gestión hispano-lusa; en cuatro años se ha mejorado a pasos agigantados y ha crecido el stock, nos hemos de felicitar por ello”.
Pese a ello, apuntó, “los científicos siguen siendo cautos y precavidos y eso ha motivado que se haya autorizado inicialmente un cupo provisional de 7.193 toneladas para España, de las que 2.800 llegarán a Andalucía, una cifra que para el sector es insuficiente si se tiene en cuenta el stock de sardinas existente”.
Según Fernández, está previsto hacer una evaluación de los meses de mayo y junio y, a principios de julio, “se nos dirá finalmente a cuánto ascenderá realmente la cuota”.
“Hemos empezado a trabajar en base a esas primeras asignaciones y con la esperanza y la confianza de que si se realiza esa reasignación de la cuota en julio podríamos llegar este año a las 5.300 toneladas”, explicó.
Aseguró que para el sector pesquero sería “un gran paso, pues supondría duplicar la cuota respecto al 2020, pero es una cifra que aún dista mucho de la que teníamos antes de llegar a este ciclo de restricciones”.
De alcanzar esas 5.300 toneladas, “pese a seguir siendo poca la cuota ya podemos hablar de autogestión, después de haber pasado años muy penosos, con una cuota irrisoria”.
Por ello, “es importante que se nos dé el dato final a primerísimos de julio para que el sector pueda autogestionarse y sacar la máxima rentabilidad a esta pesquería”.