La Universidad de Oviedo estudiará durante los próximos tres años el estado de las poblaciones de tiburones y rayas en el Cantábrico y el Mediterráneo, que se calcula que han caído alrededor del 70 por ciento en la última década, con el propósito de avanzar hacia una gestión sostenible de la pesca.
El proyecto ‘The Shark-Ray.Maps’ actualizará los datos de pesquerías, buscará vectores genéticos y analizará la influencia de factores medioambientales en la salud de las poblaciones como la presencia de metales pesados, ha explicado el profesor de genética y coordinador del proyecto, Yaisel Borrell.
El investigador ha destacado que la situación es “critica” porque existen datos según los cuales los tiburones y las rayas oceánicas han disminuido un 70 por ciento en los últimos diez años y las de arrecifes lo han hecho en valores similares.
En la presentación del proyecto realizada este viernes en el Acuario de Gijón, Borrell ha explicado que se realizarán dos genomas, sobre cazón y raya mosaico, que son las especies “más amenazadas”.
En el estudio trabajarán diez profesores de la Universidad de Oviedo, y una decena de colaboradores de otros organismos como el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Alimentario de Asturias, el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias, El Instituto de Ciencias del Mar de Cataluña, y el Instituto Español de Oceanografía, entre otros.
Con un presupuesto de 300.000 euros, la investigación está orientada a actualizar los datos del mapa de las poblaciones como base para la toma de decisiones que contribuyan a hacer sostenible la pesca.
Borrell ha destacado que tiburones y rayas “juegan un papel fundamental en la cadena trófica y son un indicador de la salud de los ecosistemas” y ha advertido que existe “una probabilidad altísima de desaparición”.
Los principales factores de esta “amenaza” son el cambio climático, el turismo irresponsable y la pesca, una actividad que se desarrolla sin haber analizado si es “sostenible o no lo es”, ha afirmado.
La profesora de la Universidad de Oviedo, Laura Miralles López ha explicado que el estudio se centrará en el Cantábrico y el Mediterráneo porque al ser dos ecosistemas diferentes permitirán obtener un cuadro de situación general válido para toda España.
Miralles López ha valorado la importancia de la educación para concienciar sobre el problema, para lo cual se realizarán actividades en escuelas y colegios.
Foto: EFE