El naval gallego tiene una tarea urgente para asegurar su continuidad en el mercado, embarcarse en la cuarta revolución industrial (4.0) con la implantación de nuevas tecnologías y automatización en toda la cadena de valor, desde astilleros hasta empresas de componentes y de servicios. Y la inversión «tiene que ser inmediata si queremos ser competitivos porque la competencia avanza», explicó Óscar Gómez, gerente del clúster Aclunaga, con un ejemplo: en España hay 39 astilleros y en Turquía hay 74 de tamaño muy grande con tecnología en marcha.
El sector sentó ayer las bases de la implantación de la industria 4.0 con la celebración en Vigo de un Foro Internacional de Tecnologías en el que se presentaron cinco posibles aplicaciones en el naval: la visión artificial, la realidad aumentada, la monitorización, robotización y plataformas colaborativas.
Se trata de un proyecto liderado por Asime y Aclunaga junto con el Foro Marítimo Vasco y varios socios europeos y que cuenta con el respaldo de la Diputación de Pontevedra. «El naval necesita un mayor grado de esfuerzo innovador en toda la cadena de valor generar riqueza y empleo y mejorar la competitividad a corto plazo», indicó Rafael Outeiral, vicepresidente de Asime.
Ambas organizaciones hicieron un llamamiento a las administraciones para «impulsar y apoyar al naval», un sector estratégico que mueve 14.000 empleos directos en Galicia, el núcleo duro en Vigo.
La presidenta de la Diputación, Carmela Silva, defendió el uso de fondos europeos «para mantener el liderazgo industrial», mientras que el alcalde, Abel Caballero, abogó por la «cooperación del sector y el fin de los tiempos de minifundios industriales». En la inauguración también participó el director general de la Marina Mercante, Benito Núñez Quintanilla, que defendió el uso de las nuevas tecnologías «como elemento diferenciador para seguir siendo un sector competitivo».
Apenas un 30% de las empresas del sector naval gallego tienen procesos productivos automáticos y aplican nuevas tecnologías y el sector aboga por la diversificación en otras actividades. «Tenemos una situación complicada por los ciclos productivos y las caídas de carga de trabajo que hacen que las inversiones no sean tan rentables», indica el gerente de Aclunaga.